Un día, un perro entró al salón y de repente se encontró con miles de perros a su alrededor.
Gruñó y ladró a sus supuestos enemigos. Y por supuesto éstos sin más ni menos inmediatamente le mostraron sus feroces dientes.
El perro provocado y enfurecido gruñó, saltó, y ladró tanto que murió de fatiga mental y física.
Un tiempo después, otro perro entró al salón de los mil espejos. Al igual que el otro, vio miles de perros a su alrededor.
Este se complació de verlos, batió su cola y de inmediato se encontró en medio de miles de amigos.
Kurt Tepperwein
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